Exequiel R. González PhD

La Comuna de Santo Domingo y comunas cercanas son conocidas por la abundancia de sistemas de humedales, por lo que es cada vez es más frecuente escuchar de ellos y la importancia de cuidarlos. Existe mucha información, una simple búsqueda en cualquier navegador nos entregará decenas de páginas sobre diversos aspectos de las características de humedales. ¿Qué tanto sabemos de ello, si no somos ecologistas o no estamos vinculados a temas ambientales?

En pocas palabras trataremos de entregar algunas ideas básicas sobre el tema.

En el año 1971 en la cuidad de Ramsar, Irán se desarrolló la primera convención internacional de conservación de humedales, la que se sigue realizando hasta hoy. Entre muchos de los acuerdos que estas reuniones han generado, está la definición consensuada de lo que es un humedal “Extensiones de marismas, pantanos, turba y/o aguas, ya sean naturales o artificiales, permanentes o temporales, estancadas o corrientes, dulces, salobres o saladas, incluidas las extensiones de agua marina que cuya profundidad en marea baja no exceda de seis metros”, definición muy amplia que usada universalmente. Además la convención estableció el concepto de “Sitios Ramsar” destinado a reconocer humedales únicos en el mundo que cumplen ciertas características ecológicas y de conservación.

Los humedales son mundialmente considerados entornos importantes para la conservación de la biodiversidad, esenciales para el ambiente y el bienestar de las poblaciones humanas. Muchas civilizaciones surgieron por primera vez a lo largo de las orillas de los ríos, en suelos fértiles de llanuras aluviales. Hoy continúan produciendo muchos beneficios para los seres humanos. Contribuyen a la retención de carbono; recargan los acuíferos con agua «purificada (riñones del paisaje); previenen inundaciones; protegen las costas; son estabilizadores climáticos globales; importantes como hábitat de vida silvestre; en casos de aumento del nivel del mar, los humedales costeros actúan reduciendo su impacto, así como también el efecto de huracanes y maremotos; la capacidad de almacenamiento de agua nos protege contra la sequía; sitios de alta producción primaria. Se estima que en el mundo sólo quedan 5,7 millones de kilómetros cuadrados de humedales. A pesar de sus reconocidas múltiples funciones, se encuentran entre los ecosistemas más amenazados del mundo.

En términos globales y a menudo, también a escala local, estamos enfrentando una era de disminución de la diversidad. El número de especies en peligro de extinción, según lo documentado por la Lista Roja mantenida por la UICN (The International Union for Conservation of Nature), es alto y continúa aumentando de manera alarmante. Debido a esto es esencial conocer el “estado de salud” de nuestros humedales, esto se hace a través de monitoreos permanentes, haciendo mediciones orientadas a medir parámetros físicos, químicos y biológicos a intervalos regulares. Las variables más comunes a medir incluyen, por ejemplo, la profundidad del agua, los nutrientes disueltos, oxígeno, productividad y la cantidad de organismos y su diversidad. El desafío en el monitoreo es elegir el número mínimo de variables que producirán la máxima cantidad de información. Esta evaluación ambiental adaptativa permite eventualmente cambiar el proyecto de conservación de nuestro humedal para responder adecuadamente a eventos nocivos inesperados. Un programa ideal de monitoreo, por lo tanto, continúa en el tiempo y requiere del administrador de un humedal específico, concentrarse en, monitorear, interpretar los resultados y hacer cambios adaptativos a su plan de manejo. Es nuestra tarea como ciudadanos, conocer nuestro humedal, lo que yo llamo “Nuestros Laboratorios Naturales”, para ello es importante conocer y entender los componentes de este sistema, tanto desde el punto de vista biológico como físico. En este sentido la Fundación Parque de la Ciencia de la Comuna de Santo Domingo, preocupada por la conservación de los humedales de la Comuna y sectores aledaños, ofrece diferentes talleres y charlas orientados a la comunidad en general y a colegios para dar a conocer la importancia del humedal, que vive en él y cómo funciona. Debemos conocer y resguardarlas las más 3300 hectáreas de las comunas de San Antonio y Santo Domingo, son nuestro patrimonio.